viernes, 29 de marzo de 2013

El ajenuz, la semilla milagrosa


El ajenuz (nigelle en francés) es originaria de Siria pero se da muy bien en toda la zona de clima mediterráneo. Antes se cultivaba en la península Ibérica y ahora se puede encontrar silvestre en el campo y  en zonas rocosas.


Habba sawda o habba baraka semilla negra o semilla bendita en árabe, la llaman así en Oriente Medio, África y Asia por sus cualidades curativas. La llaman sagrada también porque el profeta Muhammad dijo: Es un remedio contra todas las enfermedades, y si la muerte fuera una enfermedad, también la curaría.
De los primeros escritos que se encuentran referentes al ajenuz  está el del libro de Isaías en el Antiguo Testamento (28:25-27).  También estaba en la tumba de Tutankhamón y se sabe que Cleopatra lo utilizaba tanto por salud como por belleza. El físico griego Dioscórides la usaba para los dolores de cabeza, la congestión, los dolores de vientre y  los parásitos intestinales. E Hipócrates, el abuelo de la medicina científica actual, consideraba que era  un buen remedio en desordenes digestivos y hepáticos. Ibn Sina, el autor del Canon de Medicina, uno de los libros más importantes de la historia de la medicina, recomienda el ajenuz “como estimulante del metabolismo y para recobrar del desánimo y el letargo”.
En resumen, que se lleva usando desde siempre y por prácticamente todas las culturas. Por qué nos pasa siempre lo mismo?????  Vamos olvidando los remedios naturales, nos acostumbramos a la química y ahora nos sorprendemos y redescubrimos todas estas cosas  que han estado siempre ahí.
Este producto natural tiene grandes propiedades curativas y preventivas reconocidas por la medicina tradicional y por muchos estudios científicos. Hay unos 200 estudios de Universidades y Laboratorios diferentes de todo el mundo.

En grano o en aceite el ajenuz contiene unos 100 componentes: aceites aromáticos, vitaminas, encimas, ácidos grasos esenciales, fosfato, hierro, fósforo, carbohidratos, carotenos, encimas antiácidas, calmantes y estimulantes…… Se usa como antihistamínico, antioxidante, anti-infeccioso y bronco dilatador. Otra virtud es reforzar y estimular el sistema inmunitario.
El aceite virgen de primera presión en frío, puro y sin aditivos, tiene un amplio valor  cosmético. Es rico en ácidos grasos insaturados y se utiliza en cosmética como regenerante,  calmante, revitalizante y anti-inflamatorio. Es adecuado para todo tipo de piel, especialmente secas, sensibles y fácilmente irritables. Penetra fácilmente en la epidermis, nutre, suaviza y protege contra el envejecimiento prematuro. Se utiliza para tratar el acné (media cucharilla en un bol con agua caliente para hacer baños de vapor con una toalla en la cabeza, hace milagros)  y purifica la piel.
También es un excelente producto para el pelo, lo fortalece, evita su caída  y elimina la caspa.
Como os he comentado antes aquí lo usan para casi todo…..

jueves, 7 de marzo de 2013

Mascarilla Sakla

Ya sé, acabo de empezar y ya tenía esto un poco abandonado, pero es que como voy y vengo hasta que me sitúo de nuevo estoy un poco perdida. Pues eso, que ya estoy en Marruecos otra vez y como voy a estar unos días en Zagora estoy aprovechando para que María me haga cositas en su salón, Zwina.
Así que hoy voy a comentaros una de mis experiencias como conejillo de indias. El otro día, aprovechando que estaba en Marrakech, María me pidió que le recogiese algunas cosas que había pedido a una empresa de aquí de cosmética natural que vende a hoteles, spas y profesionales.

Entre las cosas que recogí estaba una mascarilla facial que se llama Sakla. Por cierto, que me hizo mucha gracia la descripción que viene en el folleto  porque pone que está desarrollada a partir de una antigua receta andaluza, es lo que tiene la historia en común......

Esta mascarilla purificante está hecha de una mezcla de más de 20 plantas, ghassoul (arcilla) y polvo de garbanzo. Se puede utilizar en todo tipo de pieles porque dependiendo de las necesidades de cada uno se mezcla con una cosa u otra. 

Para las pieles normales se mezcla con miel, para las estropeadas con yema de huevo y para las grasas con yogur. También se puede mezclar con agua floral (de rosas normalmente) para cualquier tipo de piel.




Como se nos ocurrió probarla sobre la marcha, solo teníamos para mezclar agua de rosas, así que así lo hicimos. La verdad es que la mascarilla huele estupendamente y con el agua de rosas más, entraban ganas de comérsela!!!
La textura era muy agradable, no muy ligada y se podían sentir las hierbas. Me la aplicó con un pincel de abanico y la dejamos puesta como 15 o 20 minutos.

   



Ya sabéis, como con todas las mascarillas se te queda la cara petrificada pero luego es muy fácil de quitar con un poco de agua templada. Como es normal en una mascarilla purificante, la cara queda limpia y muy fina, vamos.... como el culito de un bebé. También queda una sensación refrescante, que supongo que será por algunas de las hierbas. En las indicaciones dice que al llevar garbanzo además blanquea (aquí lo normal es que las mujeres se quieran blanquear, nunca llueve a gusto de todos) pero la verdad es que yo no lo noté, aunque he de decir que ahora mismo estoy bastante blanca de por sí.

Ha sido una buena experiencia y así ya tengo la piel preparada para la próxima…..