El ajenuz (nigelle en francés) es originaria de Siria pero
se da muy bien en toda la zona de clima mediterráneo. Antes se cultivaba en la península
Ibérica y ahora se puede encontrar silvestre en el campo y en zonas rocosas.
Habba sawda o habba baraka semilla negra o semilla bendita
en árabe, la llaman así en Oriente Medio, África y Asia por sus cualidades
curativas. La llaman sagrada también porque el profeta Muhammad dijo: Es un
remedio contra todas las enfermedades, y si la muerte fuera una enfermedad,
también la curaría.
De los primeros escritos que se encuentran referentes al
ajenuz está el del libro de Isaías en el
Antiguo Testamento (28:25-27). También estaba
en la tumba de Tutankhamón y se sabe que Cleopatra lo utilizaba tanto por salud
como por belleza. El físico griego Dioscórides la usaba para los dolores de
cabeza, la congestión, los dolores de vientre y
los parásitos intestinales. E Hipócrates, el abuelo de la medicina
científica actual, consideraba que era un buen remedio en desordenes digestivos y
hepáticos. Ibn Sina, el autor del Canon de Medicina, uno de los libros más
importantes de la historia de la medicina, recomienda el ajenuz “como estimulante
del metabolismo y para recobrar del desánimo y el letargo”.
En resumen, que se lleva usando desde siempre y por
prácticamente todas las culturas. Por qué nos pasa siempre lo mismo????? Vamos olvidando los remedios naturales, nos acostumbramos
a la química y ahora nos sorprendemos y redescubrimos todas estas cosas que han estado siempre ahí.
Este producto natural tiene grandes propiedades curativas y
preventivas reconocidas por la medicina tradicional y por muchos estudios
científicos. Hay unos 200 estudios de Universidades y Laboratorios diferentes
de todo el mundo.
En grano o en aceite el ajenuz contiene unos 100
componentes: aceites aromáticos, vitaminas, encimas, ácidos grasos esenciales,
fosfato, hierro, fósforo, carbohidratos, carotenos, encimas antiácidas,
calmantes y estimulantes…… Se usa como antihistamínico, antioxidante, anti-infeccioso
y bronco dilatador. Otra virtud es reforzar y estimular el sistema inmunitario.
El aceite virgen de primera presión en frío, puro y sin
aditivos, tiene un amplio valor cosmético. Es rico en ácidos grasos
insaturados y se utiliza en cosmética como regenerante, calmante, revitalizante y anti-inflamatorio.
Es adecuado para todo tipo de piel, especialmente secas, sensibles y fácilmente
irritables. Penetra fácilmente en la epidermis, nutre, suaviza y protege contra
el envejecimiento prematuro. Se utiliza para tratar el acné (media cucharilla
en un bol con agua caliente para hacer baños de vapor con una toalla en la
cabeza, hace milagros) y purifica la
piel.
También es un excelente producto para el pelo, lo fortalece,
evita su caída y elimina la caspa.
Como os he comentado antes aquí lo usan para casi todo…..